Por Patricia Gorocito
El psicoanálisis tiene el gran desafío de hacer interrogar al sujeto y que encuentre su manera de saber hacer con la tecnología. El sujeto puede utilizar los instrumentos que le provee la ciencia o puede transformarse en instrumento de la misma
Como ustedes saben la novedad es producida por los avances científicos. Ante esa circunstancia los psicoanalistas somos interpelados. Cualquiera fuese la perspectiva que adoptemos frente a ese estado de la cuestión el nuevo paradigma nos atraviesa de manera unánime.
Sabemos que los lazos sociales han cambiado y también los modos de filiación. Las nuevas tecnologías reproductivas han logrado separar la sexualidad de la reproducción por lo tanto los lazos sociales y los vínculos sexuales han cambiado, también los modos de filiación.
Los grupos familiares que anhelan hoy a un niño son de muy diversa índole; incluso pueden llegar a ser monoparentales.
El Discurso Amo actual – matrimonio que sí funciona entre el nuevo paradigma y el neoliberalismo – puede dorarnos la píldora (1) diciendo que somos dueños de todo; aunque nunca se puede situar en un plano tal que signifique tanto el dominio y el control de nuestro deseo inconsciente y consecuentemente de nuestra fantasía primordial o nuestra forma de gozar. Entonces, no se trata de dominio sino de confrontación con aquello que escapa a la razón.
A fines del siglo XIX, Nietszche lanzó su dictum “Dios ha muerto”; luego, el psicoanálisis dedicó muchas de sus páginas al parricidio y hoy, finalmente, en pleno siglo XXI, hablamos de la muerte del padre, de la crisis de los nombres del padre, de la caída de los ideales, del Otro y el otro que ya no existen como antes existían. En el imperio del Uno, sólo es cuestión de un buen anudamiento de los tres registros. Hoy el padre es el síntoma. Y sólo el que sabe qué hacer con el síntoma vivirá en plenitud. Es posible afirmar entonces que nuestra época bien podría ser caracterizada como pos-edípica. Si bien se puede suprimir la relación entre sexualidad y reproducción, lo que nunca se llegará a suprimir es el deseo y el goce. Ni siquiera legislar. Lo relevante, entonces, en esta época de feminización del mundo y sinthome (como cuarto nudo que anuda los tres registros), es mantener un punto de tensión entre las políticas de género y la política del psicoanálisis que es la clínica.
La ética vinculada a lo jurídico y a la clínica psicoanalítica.
Como ciudadanos celebramos los derechos humanos. No hay duda de que el psicoanálisis se despliega siempre en territorios democráticos y acompañando el cumplimiento de la ley.
Lo que ocurre es que el impacto del nuevo paradigma de la tecno-ciencia asociado al sistema actual del neoliberalismo no siempre favorece el deseo de cada quién y se sabe que el derecho a todo lo que la ciencia propone no es siempre sinónimo de libertad.
Estoy convencida que la libertad no es fácil de alcanzar.
A veces me parece que somos instrumentos de un nuevo paradigma que necesita de nuestros cuerpos para probar sus experimentos y como sujetos divididos que somos, habitados por tantas voces extrañas y bordeando siempre un abismo, somos presa fácil de ese gatillo que brilla sobre nuestras cabezas y nos enceguece; las nuevas tecnologías y su inescrupuloso uso y abuso.
Y como dice el coro de Antígona: “… el hombre es una criatura formidable, ha logrado dominar la tierra y los mares con grandes navíos y armas inteligentes, tiene el lenguaje y la ley, formidable en todo, pero no ha logrado dominarse a sí mismo”, a veces puede obrar para su bien y otras para su mal…”
El discurso amo es el que decide lo que está bien y lo que está mal y no piensa en cada sujeto. El psicoanálisis tiene el gran desafío de hacer interrogar al sujeto y que encuentre su manera de saber hacer con la tecnología. El sujeto puede utilizar los instrumentos que le provee la ciencia o puede transformarse en instrumento de la misma.
Como analistas no tenemos por qué acordar o no con el progreso. Sí, en cambio, tenemos la responsabilidad de acompañar a nuestros pacientes a que se involucren más con lo extraño que en ellos habita. No digo prohibido prohibir, digo que cada sujeto sepa cómo utilizar lo magnífico de las novedades en su provecho y en el de los otros.
Patricia Gorocito é psicanalista e professora da Faculdade de Psicologia da Universidade de Buenos Aires, Argentina.
Deixe um comentário
Você precisa fazer o login para publicar um comentário.